domingo, 27 de marzo de 2011

De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos

Comenzaremos esta práctica con unos datos básicos sobre la biografía de Benjamin Constant y su teoría de la libertad.


Henri-Benjamin Constant de Rebecque (Lausana, 25 de octubre de 1767 - 8 de diciembre de 1830). Filósofo, escritor y político francés de origen suizo.
Su teoría de la libertad se basaba en la posesión y disfrute de los derechos civiles, del imperio de la ley y de la libertad en un sentido amplio, confrontada en este sentido a la actividad del Estado. Abogaba por una serie de principios (entre ellos la responsabilidad individual) sin los cuales la sociedad sería un caos y la libertad, inconcebible.

"La independencia individual es la primera necesidad de los modernos, por lo tanto no hay que exigir nunca su sacrificio para establecer la libertad política. En consecuencia, ninguna de las numerosas y muy alabadas instituciones que perjudicaban la libertad individual en las antiguas repúblicas, resulta admisible en los tiempos modernos.”.
Benjamin Constant, "De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos", 1819.

1. Una de las libertades es la que tanto apreciaban los pueblos antiguos.
La otra es aquélla cuyo disfrute es especialmente valioso para las naciones modernas.

2. En Roma, los tribunos eran los órganos de aquellos plebeyos que la oligarquía había sometido a tan dura esclavitud, al derrocar a los reyes. El pueblo ejercía directamente gran parte de los derechos políticos. No había más que débiles vestigios de un sistema representativo. Este sistema era un descubrimiento de los modernos.
Los pueblos antiguos no podían ni sentir su necesidad ni apreciar sus ventajas. Su organización social les llevaba a desear una libertad totalmente diferente de la que nos asegura este sistema.

3. La libertad de los modernos consistía en no estar sometido a las leyes de ninguna manera a causa de la voluntad arbitraria de uno o de varios individuos. Expresaba cada uno su opinión, a escoger su trabajo y a ejercerlo, a disponer de su propiedad, y abusar incluso de ella; a ir y venir sin pedir permiso y sin rendir cuentas de sus motivos o de sus pasos, a reunirse con otras personas o a influir en la administración, entre otros.
La libertad de los antiguos consistía en ejercer de forma colectiva pero directa, distintos aspectos del conjunto de la soberanía, en deliberar, en la plaza pública, sobre la guerra y la paz, concluir alianzas, votar leyes, pronunciar sentencias, examinar las cuentas, los actos, etc.  pero a la vez que llamaban a ésto libertad, admitían como compatible con esta libertad colectiva la completa sumisión del individuo a la autoridad del conjunto. No se encuentra en ellos casi ninguno de los beneficios. Todas las actividades privadas tenían severa vigilancia. Nada se dejaba a la independencia individual, ni con la opinión o la religión. En todo ésto, la autoridad del cuerpo social se interponía y entorpecía la voluntad de los individuos.

4. En cuánto al origen, todas las repúblicas antiguas estaban encerradas en estrechos límites. 

La más poblada no igualaba en extensión al más pequeño de los modernos Estados. Estas repúblicas tenían un espíritu belicoso; cada pueblo estaba ofendiendo continuamente a sus vecinos, o se sentía ofendido por ellos.
En el mundo moderno, los más pequeños estados son incomparablemente más vastos de lo que fuero Esparta o Roma durante cinco siglos.

5. La guerra es anterior al comercio, ya que la guerra y el comercio no son más que dos medios diferentes de alcanzar el mismo fin: el de obtener lo que se desea. El comercio no es más que el reconocimiento de la fuerza del poseedor, por parte del aspirante a la posesión, el intento de obtener por las buenas lo que no se espera ya conquistar por la violencia. A un hombre que fuera siempre el más fuerte, no se le ocurriría jamás la idea de comercio. La guerra es impulso, el comercio es cálculo. Y por ello tenía que llegar una época en que el comercio sustituya a la guerra.

El resultado de estas diferencias:

- A medida que aumenta la extensión de un país, disminuye la importancia política que le corresponde a cada individuo.
- La abolición de la esclavitud ha privado a la población libre del ocio que disfrutaba cuando los esclavos se encargaban de la mayor parte del trabajo.
- El comercio, al contrario de la guerra, no implica períodos de inactividad en la vida del hombre. El ejercicio continuo de los derechos políticos, la discusión diaria de los asuntos del Estado, las disensiones, etc.
- El comercio inspira a los hombres un vivo amor por la independencia individual, atiende a sus necesidades, satisface sus deseos, sin intervención de la autoridad.

6. La consecuencia es que nosotros ya no podemos disfrutar de la libertad de los antiguos, que consistía en la participación activa y continua en el poder colectivo. Nuestra libertad debe consistir en el disfrute apacible de la independencia privada. Para nosotros, el individuo casi nunca percibe la influencia que ejerce, su voluntad nunca deja huella en el conjunto. El ejercicio de los derechos políticos tan sólo nos ofrece una parte de las satisfacciones que encontraban en ello los antiguos y el progreso de la civilización, la tendencia comercial de la época, la comunicación de los pueblos entre sí, han multiplicado y diversificado hasta el infinito los medios de felicidad particular.

- Nosotros debemos sentirnos más apegados que los antiguos a nuestra independencia individual.
- Los antiguos sacrificaban menos para obtener más, daríamos más para obtener menos.

7. El objetivo de los antiguos era el reparto del poder social entre todos los ciudadanos de una misma patria, que llamaban libertad.
El objetivo de los modernos es la seguridad en los disfrutes privados, y llaman libertad a las garantías concedidas por las instituciones a esos disfrutes.

8. A Rousseau no se le atribuye principalmente el error que va a combatir; más bien a uno de sus sucesores, el abate Mably. Éste, como Rousseau y como muchos otros, confundió siguiendo a los antiguos la libertad con la autoridad del cuerpo social, y todos los medios le parecían buenos para extender la acción de esta autoridad sobre la parte recalcitrante de la existencia humana, cuya independencia lamentaba.
A Montesquieu le llamaron la atención las diferencias que se mencionan, pero no desentrañó sus verdaderas causas. Los gobiernos de hoy sólo hablan de manufacturas, de comercio, de finanzas, etc. Los políticos griegos que vivían bajo el gobierno popular no reconocían, dice, más fuerza que la virtud.

9. El poder social lesionaba la independencia individual en todos sus aspectos, sin eliminar su necesidad. La nación consideraba que no valían la pena los sacrificios que se le pedían, a cambio de una participación ideal en una soberanía abstracta.

La independencia individual es la primera necesidad de los modernos, por lo tanto no hay que exigir nunca su sacrificio para establecer la libertad política.
Ninguna de las numerosas y muy abaladas instituciones que perjudicaban la libertad individual en las antiguas repúblicas, resulta admisible en los tiempos modernos.

10. El ostracismo de Atenas descansaba en la hipótesis de que la sociedad tiene todo el poder sobre sus miembros. Éste podía tener cierta apariencia de utilidad.
Pero entre nosotros los individuos tienen derechos que la sociedad debe respetar, y la influencia individual se encuentra tan perdida entre una multitud de influencias iguales o superiores que toda vejación motivada por la necesidad de disminuirla es inútil.

11. La libertad individual es la verdadera libertad moderna. La libertad política es su garantía; la libertad política es indispensable.
Pero pedir a los pueblos de nuestros días que sacrifiquen, como los de antes, la totalidad de su libertad individual a la libertad política, es el medio más seguro para apartarles de la primera y, cuando eso se haya logrado, no se tardará en arrancarles la segunda.

12. Del hecho de que los antiguos fueran libres, y de que nosotros no podamos ya ser libres igual que los antiguos, sacan la conclusión de que estamos destinados a ser esclavos.

13. Los gobiernos que proceden de una fuente legítima tienen menos aún que antes el derecho a ejercer una supremacia arbitraria sobre los individuos. Poseemos los derechos que siempre tuvimos, eternos a consentir en las leyes, a deliberar sobre nuestros intereses, a ser parte integrante del cuerpo social del que somos miembros.

14. Los pobres cuidan ellos solos de sus asuntos.
Los ricos tienen intendentes.

15. El sistema representativo es un poder otorgado a un determinado número de personas por la masa del pueblo, que quiere que sus intereses sean defendidos y que sin embargo no tiene tiempo de defenderlos siempre por sí mismas.

Los ricos que tienen intendentes vigilan con atención y severidad si dichos intendentes cumplen con su deber, si no son descuidados, corruptos, incapaces; y para juzgar la gestión de esos mandatarios, los mandadores prudentes se enteran bien de los asuntos cuya administración confían.
Los pueblos recurren al sistema representativo, deben ejercer una vigilancia activa y constante sobre sus representantes, y reservarsee el derecho de apartarles si se han equivocado y de revocarles los poderes de los que hayan abusado.

16. La diferencia entre la libertad antigua y la moderna implica que ésta se ve amenazada también por un peligro de distinta especie.

El peligro de la libertad antigua consistía en que los hombres despreciaran los derechos y los placeres individuales.
El peligro de la libertad moderna consiste en que renunciemos con demasiada facilidad a nuestro derecho de participación en el poder político. Los depositarios de la autoridad nos animan a ello continuamente.

17. La libertad política es el medio más eficaz y más enérgico que nos haya dado el cielo para perfeccionarnos.
La libertad política engrandece el espíritu, ennoblece sus pensamientos y establece entre todos una especie de igualdad intelectual que constituye la gloria y el poder de un pueblo.
Lejos de renunciar a ninguna de las dos clases de libertad, es necesario aprender a combinar la una con la otra.

18. Las instituciones tienen que completar la educación moral de los ciudadanos. Respetando sus derechos individuales, deben sin embargo reafirmar su influencia sobre la cosa pública, llamarles a concurrir al ejercicio del poder a través de sus decisiones y de sus votos, garantizarles el derecho de control y de vigilancia a través de la manifestación de sus opiniones, y formándoles adecuadamente en tan elevadas funciones por medio de la práctica, darles a la vez el deseo y la facultad de satisfacerlas.

viernes, 18 de marzo de 2011

Capítulo X. El poder invisible, por Manuel Menéndez Alzamora

Sobre el poder

1. ¿Cómo ha formulado la filosofía contemporánea la paradoja de la visibilidad? 

- Al señalar que hay una ausencia fundamental en el corazón de la mirada, la imposibilidad de una percepción del presente o de un acceso visual inmediato a la plenitud del ser.

¿A qué se refiere Adorno con su crítica "Cuanto más completo sea el mundo de la apariencia, tanto más impenetrable la apariencia como ideología? 

- Adorno se refiere fundamentalmente a la "cercanía fatal" de la televisión, a su opacidad, que funciona como apariencia de inmediatez social. Los medios de comunicación suscitan una familiaridad y proximidad con las cosas y las personas, pero no permiten ver la otra cara de la realidad: su manufactura, su carácter de mediación construida, su superficialidad. La visibilidad y transparencia de los medios producen una ceguera específica.

2. ¿A qué se debe esta invisibilidad de los poderes? 

- Esta invisibilidad se debe a que la interdependencia sistémica de los actores en la economía, la política, la ciencia o el derecho se caracteriza por una ausencia de causas y responsabilidades identificables.

3. ¿En qué consiste el nuevo protestantismo, según el autor?

- El nuevo protestantismo consiste en que hace por un momento soportable la creciente incomprensibilidad del mundo, su complejidad. Quien protesta deja de estar a la interperie y salva una convicción de la deriva general del mundo.

¿Por qué dice que las protestas son ambiguas? 

- La gente no se siente bien representada y no vota para que le represente aquel que articula la protesta. La protesta no quiere cambiar de representante sino modificar el sentido de la representación. Y para llamar radicalmente la atención hay que acudir a los extremos. Las protestas, además, son ambiguas por sus efectos. Unos asustan y otros obtienen el beneficio electoral. Forma parte de la torpeza general de las protestas que muchas veces consiguen lo contrario de lo que se esperaba. Las protestas subvierten pero también sirven para estabilizar y pueden ser utilizadas por la autoridad en su propio beneficio.

4. ¿Por qué la oposición tiene un efecto disciplinante? 

- Porque puede y debe criticar al gobierno, por supuesto, pero sin olvidar que en algún momento sus propios puntos de vista han de poder defenderse desde el gobierno. Los movimientos de protesta apelan a principios éticos y cuando se tiene una ética es secundario si se tiene o no la mayoría.

5. ¿Qué es una trama? 

- Una trama es una red considerada desde el punto de vista de su inquietante invisibilidad.

¿Qué es la "sociedad de riesgo"? 

- Es una sociedad en la que el futuro (es decir, algo todavía inexistente o ficticio, construido) funciona como factor determinante para muchas acciones y vivencias del presente.

6. ¿A qué se debe el "retorno del espionaje"? 

- Este retorno del espionaje se debe a que la tradicional oposición entre el poder explícito y el criminal ha sido sustituida por la sospecha, la intriga y la conspiración. 

¿Dónde residen los lugares de poder? 

- Los lugares de poder residen en el espacio oscuro de la sospecha, que Boris Groys ha llamado lo "submedial", el sótano de un mundo mediatizado, en cuya superficie estos lugares no resultan reconocibles. Son los espacios en los que realmente combaten los terroristas y los contrapoderes secretos, desde el momento en que la única posibilidad de hacer frente a una conspiración es organizar otra propia.

En definitiva, las cosas no son exactamente como se nos muestran, no se agotan en sus signos ni se transparentan completamente en sus manifestaciones. 
Todo debe ser mirado dos veces; sólo en esa reduplicación puede ser correctamente comprendido y juzgado. 
El mundo de lo visible debe ser interrogado, relativizado y valorado en relación con una segunda realidad, pensada pero en él escondida.


Gracias por leerme.

lunes, 14 de marzo de 2011

China, ¿causante de la crisis y acabando con la economía mundial...?

Las políticas chinas comunistas, marxistas, con su dictadura del proletariado lleva embolsados unos 3.000 billones de dólares, y aquí, en España, mientras tanto, 5.000.000 de parados.

http://www.youtube.com/watch?v=zbbhNGNLDRg

Chicos, mirad este vídeo. No tengo palabras... de verdad.

Gracias por leerme.

¿Qué significa tener poder?

Uno de los temas permanentes en H. Arendt es el tema del judaísmo y se pregunta por qué los judios han sido en el XIX y en el XX excluidos. Hay un modo de ser judío muy típico que es el judío que vive en el guetto judío, un lugar donde viven aislados del mundo exterior y cumpliendo rituales que su propia religión les impone. El judío se aisla porque el seguimiento estricto de las normativas religiosas del judaísmo es tan severo que en la sociedad normal no se puede vivir, porque o cumples con las normativas religiosas o no, pero no se puede hacer todo a la vez, porque esas normas son severas. Pero hay una segunda manera de vivir en sociedad, que tampoco es muy positiva. Esta segunda manera se llama Parvenue. donde el judio se olvida de su condición judia, y se camufla con tal de ascender en el mundo de la economía y de los negocios, triunfar socialmente, renunciando a su condición judia. Los prototipos de Parvenue son grandes banqueros, empresarios... que han utilizado su capacidad de negociación y han dejado a un lado el judaísmo. Este segundo modelo ha producido profundo rechazo en la sociedad, porque se ve al típico judio que en realidad nunca se sabe si es judio o no. La gente también odia a este judío, ligado a la tierra y a los negocios. Los judíos se presentan de una manera, aislados del mundo, pero también otra parte produce envidia social. Esos dos focos han dado mala imagen. La tercera vía que dice es una vía dura y heróica, que es ser judío sin renunciar a la sociedad. En el mundo existen determinados judíos que, sin renunciar a su condición, han vivido en sociedad. Es un camino difícil, pero es la solución. Eso se consigue también con la capacidad de comunicar, de actuar. En la medida en que se actúe de manera más comunicativa, se tendrá más poder. Tiene más poder quien es capaz en la esfera pública de actuar, comunicar, etc. Tener poder significa poder enfrentarse a las cosas. 

Ahora, después de este resumen del día de hoy en la clase teórica, os dejo una noticia a la que veo relación con este tema. Se trata de una jueza que ha sido suspendida durante un año por haber precintado dos perfumerías de la localidad jiennense de Úbeda después de que la dependienta de una de las tiendas se negase a devolverle el dinero de una colonia que, según la jueza, no olía bien.



Y, después de ésto, planteo mi pregunta, ¿no pensaís que habría sido mejor que la jueza hubiera dialogado con la dependienta, en vez de haber precintado los locales? Según Arendt, el poder significa tener la capacidad de dialogar, ¿verdad?

Gracias por leerme un día más. Os dejo.

domingo, 13 de marzo de 2011

Política, de Aristóteles. Capítulo VI De la soberanía.


Es un gran problema el saber a quién corresponde la soberanía en el Estado. No puede menos de pertenecer o a la multitud, o a los ricos, o a los hombres de bien, o a un solo individuo que sea superior por sus talentos, o a un tirano. Pero, al parecer, por todos lados hay dificultades. ¡Qué!, ¿los pobres, porque están en mayoría, podrán repartirse los bienes de los ricos y esto no será una injusticia, porque el soberano de derecho propio haya decidido que no lo es? ¡Horrible iniquidad! y cuando todo se haya repartido, si una segunda mayoría se reparte de nuevo los bienes de la minoría, el Estado, evidentemente, perecerá. Pero la virtud no destruye aquello en que reside; la justicia no es una ponzoña para el Estado. Este pretendido derecho no puede ser, ciertamente, otra cosa que una patente injusticia.
Por el mismo principio, todo lo que haga el tirano será necesariamente justo; empleará la violencia, porque será más fuerte, del mismo modo que los pobres lo eran respecto de los ricos. ¿Pertenecerá el poder de derecho a la minoría o a los ricos? Pero si se conducen como los pobres y como el tirano, si roban a la multitud y la despojan, ¿esta expoliación será justa? Entonces también se tendrá por justo lo que hacen los primeros.

Como se ve, no resulta de todos lados otra cosa que crímenes e iniquidades.

¿Debe ponerse la soberanía absoluta para la resolución de todos los negocios en manos de los ciudadanos distinguidos? Entonces vendría a envilecerse a todas las demás clases, que quedan excluidas de las funciones públicas; el desempeño de éstas es un verdadero honor, y la perpetuidad en el poder de algunos ciudadanos rebaja necesariamente a los demás. ¿Será mejor dar el poder a un hombre solo, a un hombre superior? Pero esto es exagerar el principio oligárquico, y dejar excluida de las magistraturas una mayoría más considerable aún. Además se cometería una falta grave si se sustituyera la soberanía de la ley con la soberanía de un individuo, siempre sometido a las mil pasiones que agitan a toda alma humana. Pero se dirá: que sea la ley la soberana. Ya sea oligárquica, ya democrática, ¿se habrán salvado mejor todos los escollos? De ninguna manera. Los mismos peligros que acabamos de señalar subsistirán siempre.

En otra parte volveremos a tratar este punto.

Atribuir la soberanía a la multitud antes que a los hombres distinguidos, que están siempre en minoría, puede parecer una solución equitativa y verdadera de la cuestión, aunque aún no resuelva todas las dificultades. Puede, en efecto, admitirse que la mayoría, cuyos miembros tomados separadamente no son hombres notables, está, sin embargo, por cima de los hombres superiores, si no individualmente, por lo menos en masa, a la manera que una comida a escote es más espléndida que la que pueda dar un particular a sus solas expensas. En esta multitud, cada individuo tiene su parte de virtud y de ilustración, y todos reunidos forman, por decirlo así, un solo hombre, que tiene manos, pies, sentidos innumerables, un carácter moral y una inteligencia en proporción. Por esto la multitud juzga con exactitud las composiciones musicales y poéticas; éste da su parecer sobre un punto, aquél sobre otro, y la reunión entera juzga el conjunto de la obra. El hombre distinguido, tomado individualmente, se dice, difiere de la multitud, como la belleza difiere de la fealdad, como un buen cuadro producto del arte difiere de la realidad, mediante la reunión en un solo cuerpo de todos los rasgos de belleza desparramados por todas partes, lo cual no impide que, si se analizan las cosas, sea posible encontrar otro cuerpo mejor que el del cuadro y que tenga ojos más bellos o mejor otra cualquiera parte del cuerpo. No afirmaré que en toda multitud o en toda gran reunión sea ésta la diferencia constante entre la mayoría y el pequeño número de hombres distinguidos; y ciertamente podría decirse más bien, sin temor de equivocarse, que en más de un caso semejante diferencia es imposible; porque podría aplicarse la comparación hasta a los animales, pues ¿en qué, pregunto, se diferencian ciertos hombres de los animales? Pero la aserción, si se limita a una multitud dada, puede ser completamente exacta.

Estas consideraciones tocan a nuestra primera pregunta relativa al soberano, y a la siguiente, que está íntimamente ligada con ella. ¿A qué cosas debe extenderse la soberanía de los hombres libres y de la masa de los ciudadanos? Entiendo por masa de los ciudadanos la constituida por todos los hombres de una fortuna y un mérito ordinarios. Es peligroso confiarles las magistraturas importantes; por falta de equidad y de luces serán injustos en unos casos y se engañarán en otros. Excluirlos de todas las funciones no es tampoco oportuno: un Estado en el que hay muchos individuos pobres y privados de toda distinción pública, cuenta necesariamente en su seno otros tantos enemigos. Pero puede dejárseles el derecho de deliberar sobre los negocios públicos y el derecho de juzgar. Así Solón y algunos otros legisladores les han concedido la elección y la censura de los magistrados, negándoles absolutamente las funciones individuales. Cuando están reunidos, la masa percibe siempre las cosas con suficiente inteligencia; y unida a los hombres distinguidos, sirve al Estado a la manera que, mezclando manjares poco escogidos con otros delicados, se produce una cantidad más fuerte y más provechosa de alimentos. Pero los individuos tomados aislada mente son incapaces de formar verdaderos juicios.

A este principio político se puede hacer una objeción, y preguntar si, cuando se trata de juzgar del mérito de un tratamiento curativo, no es imprescindible acudir a la misma persona que mía capaz de curar el mismo mal de que se trata, si llegara el caso, es decir, acudir a un médico; a lo cual añado yo que este razonamiento puede aplicarse a todas las demás artes y a todos los casos en que la experiencia desempeña el principal papel. Luego si los jueces naturales del médico son los médicos, lo mismo sucederá en todas las demás cosas. Médico significa a la vez el que ejecuta el remedio ordenado, el que lo prescribe y el que ha estudiado esta ciencia. Puede decirse que todas las artes tienen, como la medicina, parecidas divisiones, y el derecho de juzgar lo mismo se concede a la ciencia teórica que a la instrucción práctica.

A la elección de los magistrados hecha por la multitud puede hacerse la misma objeción. Sólo los que saben hacer las cosas, se dirá, tienen las luces necesarias para elegir bien. Al geómetra corresponde escoger los geómetras, y al piloto escoger los pilotos; porque, si se pueden hacer en ciertas artes algunas cosas sin previo aprendizaje, no por eso las harán mejor los ignorantes que los hombres entendidos. Y así por esta misma razón no debe dejarse a la multitud ni el derecho de elegir los magistrados ni el derecho de exigir a éstos cuenta de su conducta. Pero quizá esta objeción no es muy exacta, si tenemos en cuenta las razones que antes expuse, a no ser que supongamos una multitud completamente degradada. Los individuos aislados no juzgarán con tanto acierto como los sabios, convengo en ello; pero reunidos todos, o valen más, o no valen menos. El artista no es el único ni el mejor juez en muchas cosas y en todos aquellos casos en que se puede conocer muy bien su obra sin poseer su arte. El mérito de una casa, por ejemplo, puede ser estimado por el que la ha construido, pero mejor lo apreciará todavía el que la habita; esto es, el jefe de familia. De igual modo el timonel de un buque conocerá mejor el mérito de los timones que el carpintero que los hace; y el convidado, no el cocinero, será el mejor juez de un festín.

Estas consideraciones son las suficientes para contestar a la primera objeción.

He aquí otra que tiene relación con la anterior. No hay motivo, se dirá, para dar a la muchedumbre sin mérito un poder mayor que a los ciudadanos distinguidos. Nada es superior a este derecho de elección y de censura, que muchos Estados, como ya he dicho, han concedido a las clases inferiores, y que éstas ejercen soberanamente en la asamblea pública. Esta asamblea, el senado y los tribunales están abiertos, mediante un censo moderado, a los ciudadanos de todas edades; y al mismo tiempo para las funciones de tesorero, de general, y para las demás magistraturas importantes, se exige que ocupen un puesto elevado en el censo.

La respuesta a esta segunda objeción no es tampoco difícil. Quizá las cosas no estén mal en la forma en que se encuentran. No es el individuo, juez, senador, miembro de la asamblea pública, el que falla soberanamente; es el tribunal, es el senado, es el pueblo, de los cuales este individuo no es más que una fracción mínima en su triple carácter de senador, de juez y de miembro de la asamblea general. Desde este punto de vista es justo que la multitud tenga un poder más amplio, porque ella es la que forma el pueblo, el senado y el tribunal. La riqueza poseída por esta masa entera sobrepuja a la que poseen individualmente en su minoría todos los que desempeñan los cargos más eminentes. No diré más sobre esta materia. Pero en cuanto a la primera cuestión que sentamos, relativa a la persona del soberano, la consecuencia más evidente que se desprende de nuestra discusión es que la soberanía debe pertenecer a las leyes fundadas en la razón, y que el magistrado, único o múltiple, sólo debe ser soberano en aquellos puntos en que la ley no ha dispuesto nada por la imposibilidad de precisar en reglamentos generales todos los pormenores. Aún no hemos dicho lo que deben ser las leyes fundadas en la razón, y nuestra primera cuestión queda en pie. Sólo diré que las leyes son de toda necesidad lo que son los gobiernos: malas o buenas, justas o inicuas, según que ellos son lo uno o lo otro. Por lo menos, es de toda evidencia que las leyes deben hacer relación al Estado, y una vez admitido esto, no es menos evidente que las leyes son necesariamente buenas en los gobiernos puros, y viciosas en los gobiernos corruptos.


Ahora relacionamos el texto que hemos seleccionado del libro de "La Política", de Aristóteles, con la teoría dada el día 28 de Febrero del 2011, donde hablamos del nacimiento de la política.


I. El nacimiento de la política


ESFERA PÚBLICA


CIUDADANIA 


-> Grecia -> Democracia - Asamblearia
                                               - Representativa
                                               - Kleroteria


En la polis griega, toda persona, por necesidad, no por algo optativo, tenia que saltar a la esfera pública. Es el primer momento en la historia de la humanidad en el que el hombre, sí o sí, realiza la acción de saltar a la esfera pública. O se comprometían a hacerlo, o no eran ciudadanos, desaparecían. Una persona no podía decir que no quería participar. Era impracticable. 

Ésto da lugar a la democracia. Si el ciudadano tiene que participar, el poder lo tiene el pueblo (demos, cratos:  el poder del pueblo). Por eso el origen de la democracia griega es el origen de la nuestra, la actual democracia. Dentro de la democracia griega, se inventan tres modelos que aún hoy siguen existiendo: democracia asamblearia, también llamada hoy en día democracia directa, donde todos los ciudadanos de la polis se reunian en la asamblea, en el ágora o en la ekklesia para tomar decisiones de tipo particular, de vez en cuando; democracia representativa, donde se elige a una persona que representa la globalidad, y donde hay siempre representantes y representados. Este modelo era poco utilizado en la polis. Sin embargo, hoy en día es el más utilizado; y el último modelo era la kleroteria, o democracia rotatoria, donde se rotaban los cargos ya que no eran suficientes y así todos podían ocuparlos. Era una democracia muy interesante, puesto que los griegos entendían que los cargos los debían ocupar todos los ciudadanos de la polis. Había gente que, en los juicios, se presentaban y comenzaba el sorteo. Después, se formaban los tribunales y salían elegidos. Para formar parte de esas bolsas de trabajo tenían que ser ciudadanos y, además, exigían un juramento de honorabilidad, y el que lo violaba era expulsado de la polis. 

Estas tres democracias dan lugar a una ciudadania completa.
La isegoria consiste en esa capacidad que determinadas personas tienen de ser escuchadas respetuosamente por el resto de la comunidad. Lo contrario a la isegoria es la corrupción. Si ésto se descubría se consideraba como el delito más grave en la polis: llevar a los intereses públicos el interés privado.
La representación se rige ante un conjunto de mayorías. Hay tres tipos de mayorías, de mayor a menor: mayorías simples, aquellas que forman la mitad más uno de los presentes en ese momento; mayorías absolutas, aquellas que forman la mitad más uno de todos los miembros que son; y mayorías cualificadas, aquellas que sobrepasan la mitad y pueden ser de 2/3, 3/4, 4/5... pero siempre más del 50%. La más cualificada sería la unanimidad.

jueves, 10 de marzo de 2011

El musical "Hair" vs la ley antitabaco

"Los productores subrayaron que los cigarrillos que se fumaban en la obra contenían una mezcla de hierbas medicinales como marialuisa, albahaca y hojas de nogal. "Forma parte de la dramaturgia y la puerta en escena porque la obra transcurre durante los años hippies y entonces se fumaba", ha destacado Goas."




Buenas noches, chicos. Hoy os dejo otra noticia, que he encontrado en el períodico El País, esta vez en relación a una de las leyes más polémicas que han surgido en los últimos años: la ley antitabaco.

Según dice la noticia, para haceros un breve resumen, amonestaron el musical debido a que se fuma durante la mayor parte del espectáculo. Sin embargo, la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), organismo que supervisa el cumplimiento de la ley antitabaco en la ciudad, ha dicho esta mañana que no supone un incumplimiento de ésta.
Aquí os dejo el enlace por si quereis echarle un vistazo.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Agencia/Salud/Barcelona/defiende/ahora/musical/Hair/cumple/ley/antitabaco/elpepusoc/20110310elpepusoc_7/Tes

Y ahora os hago mi pregunta:
¿Estais de acuerdo con que amonestaran el musical? ¿Pensais que infringe la ley antitabaco o que, sin embargo, esté bien ya que forma parte de la puesta en escena de la obra y de la manera de fumar de esa época?

Gracias por leerme.

miércoles, 9 de marzo de 2011

¡La profesora de Ciencias sale en una película porno!

Buenas noches, compañeros. 

Aunque lo que voy a escribir ahora no tiene que ver exactamente con lo que hemos avanzado de la asignatura, os lo dejo aquí escrito porque lo he leido y me ha llamado bastante la atención.
Se trata de una profesora de Ciencias de un instituto de Saint Louis, Misuri, a la cuál su pasado le ha hecho perder su trabajo como tal. 

Os voy a dejar la noticia en este enlace para que la leais, es bastante interesante, y después os voy a dejar una escuesta para que, quien quiera, la conteste.

http://www.elmundo.es/america/2011/03/09/estados_unidos/1299689486.html?a=4b76076c21853eec2e0ceed082f3b459&t=1299713622&numero=

 

Muchas gracias una vez más. Sin más, os dejo.

martes, 8 de marzo de 2011

8 de Marzo. Día Internacional de la Mujer

Hay mucha gente que no sabe exactamente qué se conmemora el día 8 de Marzo. Y hoy quiero explicaros mediante esta entrada el motivo del nacimiento de este día.

El motivo del nacimiento del Día Internacional de la Mujer obedece a las teorías socialistas de la segunda mitad del siglo XIX, así como a diversas acciones emprendidas a principios del siglo XX por parte de mujeres sindicalistas, socialistas y sufragistas, tanto en Estados Unidos como en Europa, sobre todo en Alemania y Rusia. 

El Día Internacional de la Mujer Trabajadora se celebra el día 8 de marzo y está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona.
Es un día internacional y, sobre todo, reivindicativo, entre otras cosas para revisar los derechos laborales y la situación de las mujeres.

La ONU, durante la década de 1975, propuso que se llamara “Día Internacional de las mujeres”, manifestando así que, salvo las ricas o impedidas, casi todas las mujeres del mundo son trabajadoras y que se hallan en desigualdad de condiciones, de derechos, de trato o de oportunidades, sólo por ser mujeres. 
Pero hoy en día persisten aún discriminaciones para las mujeres. Y, mientras estas situaciones existan y persistan, el 8 de marzo sirve para recordar esos logros.

Bueno, ya para finalizar esta entrada, os dejo una noticia que he encontrado en el periódico El Mundo, relacionada con este día tan especial, sobre todo para nosotras, chicas, y una cita que me llamó la atención y me gustó bastante:

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ellas/2011/03/08/complicidad-masculina.html

"SOMOS MAS"
"Desde el momento en que el feminismo también hizo suyo el 8 de marzo, cambia la propia imagen de este Día. El tema de la sexualidad volvió a ser puesto en la orden del día. Es un tema que, habiendo estado fugazmente presente en los orígenes de la historia, fue después excluido de toda la tradición posterior ligada a la Segunda y a la Tercera Internacional".
(Tilde Capomaza, Marisa Ombra).


Sin más, me despido. Gracias una vez más por leerme.

lunes, 7 de marzo de 2011

Hoy entra en vigor el límite de velocidad de 110 en autopista

http://www.elpais.com/articulo/espana/Hoy/entra/vigor/limite/velocidad/110/autopista/elpepuesp/20110307elpepunac_2/Tes


Según el tercer modelo de legalidad, la legalidad legal-racional, todos nos desenvolvemos dentro de dos esferas, la pública y la privada. Ambas esferas son el fundamento de nuestra convivencia: en la esfera privada obedecemos a nuestros padres, a nuestros mayores, y en la esfera pública a la ley. Por eso es tan peligroso actitudes del tipo "yo esa ley no la cumplo". Si la legitimidad racional es la que organiza el poder, y nosotros no la cumplimos, el sistema se colapsa. 

Ahora es cuando, después de ver esta noticia, hago la siguiente pregunta:
¿Se llegará a cumplir esta ley al 100%, o acabaremos aboliéndola como ciertos aspectos de la ley anti-tabaco?

 

domingo, 6 de marzo de 2011

La teoría de la legitimidad según Weber

Enlazando con la entrada anterior, paso a comentar una de las teorías más relevantes relacionadas con el poder y que, más adelante proseguiremos: la teoría de la legitimidad de Weber. 

Los trabajos del pensador alemán Max Weber, sobre la conexión entre ámbito económico, político, y ético religioso abrieron nuevos caminos a la investigación sociológica.
Weber nació en Erfurt, Prusia el 21 de Abril de 1864. Hijo de un acaudalado industrial, cursó estudios en la Universidad de Heidelberg, Munich y Gotinga. El prestigio obtenido gracias a sus primeros escritos le valió en 1895, el nombramiento de profesor de economía política a la Universidad de Friburgo y un a después paso a Heidelberg. Pero una enfermedad nerviosa le llevó a abandonar la enseñanza.
Desde 1904, Weber dirigió, junto a Sambort y Shumpeter, entre otros, la influyente revista llamada Archiv für sozialwisseuschaft und socialpolitil, en la que publicaron algunos de sus más celebres artículos donde junto con diversos ensayos a los que delimitó su concepción del método básico o "ideas tipo" que rigen la racionalización de los comportamientos sociales, publicó su más conocida y polémica obra, "Die protestantische Ethik und der Geist des Kapitalismus (1904-1905). En "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" la tesis vinculaba el nacimiento del capitalismo al desarrollo de la doctrina calvinista de la predestinación y a la consiguiente interpretación del éxito económico como garantía de la gracia divina, que sería más tarde ampliada por el autor de "la ética económica de las religiones universales" (1915), cuyo objeto era ofrecer una visión comprehensiva de los mecanismos de interdependencia mutua entre los sistemas de creencias y el medio económico y social. http://www.galeon.com/ocdm/weber.html

Weber fue el primer pensador social en enfocar el tema de la legitimidad vinculándolo a:

- La dominación (probabilidad de encontrar obediencia).
- El poder (probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relaución social).
- La relación social (reciprocidad entre dos o más individuos).

Remota el discurso que años atrás hicieron Hobbes y Rousseau sobre el "hombre social" y lo perfecciona utilizando conceptos muy clásicos como el de autoridad y el de legitimidad. "A" tiene autoridad, que ejerce el poder. La autoridad ejerce el poder sobre el sujeto receptor del poder. Weber también añade el concepto de legitimidad. Para que "A" ejerca poder sobre "B" tiene que haber legitimidad. Legitimidad es que quien obedece observa en quien manda algo una sustancia específica que le obliga, le hace obedecer. 

Él distingue tres tipos de reconocimiento, que son los siguientes:

- Tradicional, cuando tiene un sentido religioso de costumbre. Ponemos como ejemplo: a la persona que obedece al faraón. Está basada en la tradición, la costumbre, etc. Es una legitimidad tradicional, con valores adquiridos a través del tiempo y de la historia.
- Carismática, cuando en un sujeto vemos la superación, la conquista de una meta o un objeto importante para nosotros y, debido a que esa persona consigue ese éxito, esa autoridad pasa a ejercer el poder. Podemos poner como ejemplo al militar que vence en muchas batallas y que, en un momento dado dice "yo digo...".
- Legal-racional, basada en la aprobación de un estatuto legal. Es una dominación burocrática.

Más adelante proseguiremos con este autor, uno de los más importante en la historia de la política.
Gracias por leerme.

miércoles, 2 de marzo de 2011

El hombre, ¿es bueno por naturaleza o es un lobo para el hombre? ¿El ansia de poder influye sobre el hombre?

Desde los tiempos de los antiguos griegos hasta nuestros días, nos hemos estado realizando una pregunta aún hoy difícil de contestar y con muy diversas opiniones: ¿Es el hombre bueno por naturaleza o, por el contrario, es maligno y busca sus propios beneficios, quitando así los de los demás hombres?

A esta pregunta han contestado muchos pensadores a los que hoy les debemos las tesis en las que nos basamos para obtener nuestra opinión sobre esta cuestión. 

Uno de los primeros filósofos que expuso su idea acerca del hombre social fue el famoso Aristóteles, en la Edad Griega. 
Aristóteles decía que el hombre era bueno por naturaleza. Él ve al hombre a diferencia de todos los animales en la posesión de la razón o al menos de saber utilizarla. Hay tres cosas por las que los hombres se hacen buenos y virtuosos, y esas tres cosas son la naturaleza, el hábito y la razón. Los otros animales viven primordialmente por acción de la naturaleza, si bien algunos, en un grado muy pequeño, son también llevados por los hábitos; el hombre, en cambio, vive también por acción de la razón, ya que es el único entre los animales que posee razón; de manera que en él estas tres cosas deben guardar armonía recíproca entre sí. Los hombres, en efecto, obran con frecuencia de manera contraria a los hábitos que han adquirido y a su naturaleza a causa de su razón, si están convencidos de que algún otro camino de acción les es preferible.
El segundo autor que voy a comentar, ya que me parece uno de los que mejor han expuesto su idea del hombre como ser social, es Thomas Hobbes. 
Hobbes publica en 1651 Leviatán, un libro donde plantea la primera formación del contrato social, posteriormente recogido por otros autores. En él, percibe a la sociedad humana como una formación de individuos dominados por su ambición de poder y de dominio. considera que la naturaleza social del hombre es negativa, es decir, que el hombre no es bueno por naturaleza. Desde Grecia hasta el Siglo XVII, los pensadores (Santo Tomás de Aquino, etc) nos han intentado convencer de que en el fondo de la naturaleza, el hombre es bueno. Nuestro fondo humano realmente es malo. Si a nosotros nos dejan en un espacio, acabaremos en guerra total; no podemos socializarnos. El hombre vive en guerra perpetua. "El hombre es un lobo para el hombre" es la tesis profunda para explicar que los hombres somos malos por naturaleza. La mayor libertad que tiene el hombre malo es dar muerte a una persona, un acto absolutamente maligno y que el hombre en libertad puede realizar. La solución que Hobbes da es la de coger esa capacidad de maldad y libertad de cada uno y cederlas, es decir, un contrato social. Se le dan esas capacidades al Leviatán, y es él el que las utiliza. El Leviatán es un monstruo que ha acumulado las capacidades malignas de toda una comunidad. Más tarde ese Leviatán será el Estado, una máquina de poder, porque ese monstruo ejerce sobre nosotros un poder extremo: el miedo. El Leviatán hace que todos esos ciudadanos que tengan conflictos acudan al Leviatán para que éste de miedo. Se ha formado por todas esas cesiones de los demás ciudadanos. El Estado es la autoridad que tiene y emplea poder, capaz de conformar todas las voluntades para la paz y la ayuda mutua. El titular de los individuos es el soberano, el cuál tiene el poder soberano, y los que le rodean son los súbditos.
Por último, el último filósofo que voy a mencionar, también muy importante en la idea del hombre social y autor también de un contrato social, es Jean Jacques Rousseau. 
Rousseau se basa en la idea de que hay que fomentar una suma de fuerzas que coloque a los hombres en condiciones de resistir, que puedan moverse de acuerdo y obrar concertadamente. Esa suma de fuerzas nace del concurso de muchos hombres. Hay que encontrar una forma de asociación que defienda y proteja, con las fuerzas comunes, a la persona y sus bienes. Esa asociación de cada uno con el resto permite que cada uno obedezca a sí mismo y siga tan libre como antes. Por lo tanto, como solución, se crea un contrato social, estructurado en unas cláusulas determinadas por la naturaleza del acto y tácitamente admitidas y reconocidas. Cuando ese contrato se viola, cada hombre vuelve a sus primeros deberes y recobra la libertad natural perdiendo la convencional por la que renunció a la primera. Pero ésto plantea un problema: si cada hombre cede su libertad y su fuerza a esa persona que adquiere todas las libertades de los demás hombres, la unión es perfecta y no hay conflicto; pero si, por el contrario, cada hombre conserva su fuerza y sus derechos particulares, al ser cada uno su propio juez por así llamarlo, querría ser el juez de todos y volveriamos a ese estado de lucha de todos contra todos por alcanzar el poder. 
Cuando el hombre se da a todos no se da a nadie, gana lo que pierde y más fuerza para conservar lo que tiene.

Como conclusión, tengo que decir que cada uno de estos tres autores argumentan de forma lógica su tesis sobre el hombre y su estado en sociedad, pero mi opinión acerca de ello es que, efectivamente, creo que el hombre es malo por naturaleza. Está más que claro que cada uno, por mucho que no lo admitamos, buscamos nuestros propios intereses y beneficios y anticipamos eso a los intereses o al bienestar de los demás. El ejemplo más relevante es el de las acciones de algunos políticos o empresarios, que están antes por la labor de obtener beneficios propios antes que mirar por el bienestar de su país o de sus trabajadores. 
El poder nos corrompe; podríamos decir, en correlación a ésto, que efectivamente, también la sociedad hace que sigamos siendo, como dice Hobbes, "lobos para el resto de hombres".
Sí que podemos influenciarnos por el miedo o el temor a hacer o no hacer algo, como dice Hobbes, o bien actuar a raíz de una educación dada a lo largo de nuestros años de vida, como dice sin embargo Rousseau. 
Pero, en definitiva, actúamos para obtener nuestro interés y nuestro bienestar.

Gracias por vuestro tiempo.